jueves, febrero 22, 2007

Os propongo una cosita

Para el once de marzo, si no hay nadie más, lo publicaré, pero se agradecería que se animase alguien más. (He dado una semana más de plazo porque hay Paco y Juan que quieren participar y me han pedido algo más de tiempo).
Vamos a reírnos con un cuento escrito entre todos los que quieran participar. Empiezo con estas líneas. De la primera persona que me envíe las cinco siguientes líneas aparecerá publicada la última. Y de la siguiente primera persona que me envíe las cinco siguientes a ésta, aparecerá publicada la última línea, que será la que habrá que completar, y así sucesivamente, de tal modo que cuando termine el plazo, publicaré la historia entera, que será un completo disparate. En el colegio jugábamos a esto con un papel. Escribíamos cinco líneas, doblábamos el papel y sólo dejábamos a la vista la última línea, y basándose en ella, la siguiente persona tenía que seguir escribiendo cinco líneas más, doblaba el papel otra vez dejando ver su última línea... y así hasta que se terminaba la hoja. Evidentemente, os pongo mi correo para que me enviéis vuestros fragmentos: ula7075arrobahotmailpuntocom. Lo pongo así porque es más recomendable y más difícil de rastrear para los piratas. Comienza la historia:
(La he borrado para no condicionar más a los que entren)
(Ahora os toca a vosotros. ¿Cuándo terminará? Depende de la respuesta que tenga. Puede que no me escriba nadie y cancele el asunto. Si tiene éxito, ya pondría un plazo. Por cierto, pondré el nombre del autor del fragmento publicado, para no liarnos).
Atención: no me mandéis los escritos a Comentarios porque así los puede leer todo quisqui, esto tiene que hacerse de tapadillo y descubrir todo al final.

Y ésta, la aportación de Ángeles (Angelesse):

y sin mediar palabra se besaron con la mirada


Otras cinco más...


martes, febrero 20, 2007

Más poesía para hoy

RECUERDO INFANTIL

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.


Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
"mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón ".


Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
(Antonio Machado)

lunes, febrero 19, 2007

Hoy toca poesía

Una de mis favoritas, de Emilio Prados:



VEGA EN CALMA


Cielo gris.

Suelo rojo.
De un olivo a otro
vuela el tordo.

En la tarde hay un sapo
de ceniza y de oro.
Suelo gris.
Cielo rojo...

Quedó la luna enredada
en el olivar.
Quedó la luna olvidada.

Lunes de descanso

Hoy no trabajo, ni mañana tampoco. Me he levantado tarde. No me gusta hacerlo, me da la impresión de que pierdo el día, pero el sábado fue mortal de necesidad, y ayer todavía arrastraba el cansancio. Como para estar en una comparsa, igual que mi hermana Pili, ahí la tienen ustedes, metro y medio sobre la superficie de marcha desaforada y carnavalera:



No, yo soy más tranquilita, por eso, cuando salgo y rompo la pana, como me ocurrió el sábado, luego quedo para el arrastre. Y aunque me lo paso bien, no puedo dejar de pensar en el silencio de mi habitación y el placer de leer un libro en la cama, a la luz de mi lamparita. O en su defecto, si el sueño no viene, me gusta sentarme ante el ordenador y trastear por esos mundos virtuales.


Pero vaya día que nos ha salido hoy, nublado y frío...



Es un día para quedarse en casita, calentita y a gusto. Luego, ponerse a cocinar tranquilamente, disfrutando de la lenta alquimia de los fogones, jugando con la vista, el oído, y sobre todo, del olfato y el gusto. Qué placer el del olor del ajo al freírse, el dorado del aceite, el sabor de la comida bien hecha. Me encanta cocinar por placer. Cuántos sábados por la tarde me he puesto a cocinar en vez de sentarme a ver la tele, buscando una receta nueva, o simplemente inventándomela. Me gusta más cocinar que comer. Es el proceso lo que me fascina. Mi cocina es mi laboratorio, mi santuario, donde sólo yo puedo estar mientras cocino. Nadie puede ayudarme mientras estoy allí metida. Sólo yo gobierno en esos nueve metros cuadrados. Tengo absolutamente prohibida la entrada cuando estoy allí, aunque sea para preguntar qué estoy haciendo, o para, simplemente, pasar al patio. Y sin embargo, me queda tanto por aprender. Cocino desde los dieciocho años, es decir, llevo media vida cocinando, pero provengo de una familia de grandes cocineras, y siento que no tengo su nivel. Quizá porque no tengo todo el día como ellas. De todas las hermanas y primas (los hombres de mi familia no muestran demasiada inclinación por estos menesteres, y si alguno lo hace, deja la cocina como si hubiera tenido lugar allí el desembarco de Normandía), la única que disfruta arrimándose al fuego soy yo. Sólo espero seguir mejorando con el tiempo. Pero todavía me da vergüenza llevar mi pepitoria, mi bizcocho de la yaya o mi tortilla de papas a las reuniones familiares. Sólo mis croquetas llegan al nivel requerido, pero eso es pura genética.

lunes, febrero 12, 2007

Gente dulce

Muchas veces me pregunto cómo es la imagen que los españoles damos a los inmigrantes, sobre todo a los sudamericanos. A veces pienso que debemos de parecerlos más secos que la mojama, en cuanto a las maneras. Ellos son dulces como el azúcar de caña. Y no me refiero sólo al acento, sino a la exquisita educación que nos muestran. Es posible que haya quien sea un estúpido, porque en todas partes ya se sabe lo que se hace con las habas, pero generalmente es maravilloso recibir unas buenas tardes o un gracias con acento de allende los mares, un acento con el que a veces dan ganas de ponerse a bailar. Y cómo hablan, qué palabras tan bien dichas, qué facundia.

Un día vi un reportaje de los gamines colombianos y hablaba un chavalín con un cigarro en la boca que no había pisado un aula en su perra vida de niño de la calle. Y sin embargo...Cervantes se hubiera descubierto ante él. Ya quisieran muchos de nuestros niños tener una riqueza de vocabulario como la del chaval del cigarro. No se trabucaba; las palabras salían de su boca con la fluidez del agua; no usaba muletillas del tipo "mmmmmmm...", "eeehhh...", "estoooo...", "no séeee....". No. Hablaba como un profesional del lenguaje. No sé cómo lo hacen, si se debe a la comida, al aire, al agua, al gusto por la conversación o simplemente a la escasez de televisión, o a que leen a escondidas todo lo que cae en sus manos, no lo sé. Pero una se quedaba boba oyéndolo hablar.

En cuanto a la educación, el sábado por la tarde fuimos a dar un paseíto por Cornalvo. Ya de vuelta vimos venir a una típica familia con perro. Cuando se acercaron, no quedaba lugar a dudas sobre su procedencia: morenos, con el pelo indio, fuerte y negro, los ojos rasgados, la estatura mediana. El niño cojeaba. El perro lo seguía con docilidad. "Buenas tardes"."Buenah tardeh". "Buenas tardes". "Buenah tardeh" (los de la aspiración éramos nosotros). Algo rezagada iba la abuela."Buenas tardes". "Buenah tardeh". Qué gente tan encantadora. Nos llamaron la atención sus saludos porque iban acompañados de unas sonrisas. Nosotros sonreímos también. Era imposible no hacerlo.

Más tarde nos cruzamos con otros paseantes, pero éstos de aquí. "Buenah tardeh". "Mmmmm". Se me heló la sonrisa que había aprendido. "Pues sí...", pensé cuando pasaron. Ojalá los inmigrantes nos enseñen las buenas maneras que estamos perdiendo, o al menos la sal y el azúcar de nuestra lengua, el arte de conversar, el regalo de la sonrisa. Me imagino que debemos de parecerles serios y sosos. Sólo espero que ellos no pierdan aquí su música de la lengua, su porte de señores y sus maneras de hada.

sábado, febrero 10, 2007

Me encanta esta historieta

La vida se debería vivir del revés.
Se debería empezar muriendo y así ese trauma está superado.
Luego te despiertas en una residencia mejorando día a día.Después te echan de la residencia porque estás bien y ... lo primero que haces es cobrar tu pensión.
Luego en tu primer día de trabajo te dan un reloj de oro. Trabajas 40 años hasta que seas bastante joven como para disfrutar del retiro de la vida laboral.
Entonces vas de fiesta en fiesta bebes, practicas el sexo y te preparas para empezar a estudiar.
Luego empiezas el cole, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebé.
Y los últimos 9 meses los pasas flotando tranquilo , con calefacción central, room service etc .. .¡¡¡ Y al final abandonas este mundo en un orgasmo !!!
¡¡¡ No sé a quién *** se le ocurrió cambiar el orden de las cosas... con lo bonito que hubiera sido...!!!

viernes, febrero 09, 2007

¿Os gusta esta imagen?


Es una vista de Atenas desde el Monte Filopapo. Me parece preciosa. Y fijaos en el detalle del pájaro que cruza. Qué bonito, ¿no? El día 6, más conocido por ser el día sin móviles...recibí una llamada desde Grecia. Era un amigo que está allí estudiando. Me llamó camino del puerto de El Pireo y a mí se me pusieron los dientes que arañaba el suelo con ellos. ¡Qué ganas tengo de ir!

martes, febrero 06, 2007

San Valentín son todos los días

Al menos para mí; por eso, no tengo que esperar al día 14 para tener que felicitar a Grego...y felicitarme a mí misma por la suerte que he tenido de compartir mi vida con un hombre como él.

La historia comienza en 1997, un día de Reyes en la Corrala. Ahí fue cuando se me cruzaron los cables. Resultó que había mucha gente. Grego ya estaba allí con unos amigos, mi primo Javo y mi hermano Antonio (conocía a mi familia antes que a mí),y yo estaba de pie ante una mesa, mirando las musarañas, como de costumbre. Él me dijo que si no me sentaba me iban a quitar el sitio, una frase tan normal como cualquier otra, pero justo en ese momento, pensé que él tenía que acabar saliendo conmigo como fuera. Bueno..tras un año y pico de acoso y derribo, currándomelo todo yo solita (él al principio no me hacía mucho caso), al final empezamos a salir en 1999...y hasta ahora. En septiembre del 2003, nos fuimos a vivir juntos, y en mayo del año pasado nos casamos. Y, salvo los primeros meses de noviazgo, que fueron horribles porque no nos veíamos, el resto del tiempo ha sido mejor que cualquier cosa que pudiera imaginar.

Hemos hecho muchas cosas juntos, y hemos vivido muchas peripecias juntos, y lo que nos queda, porque nuestra intención es seguir juntos el resto de nuestra vida, y trabajamos todos los días por conseguir esa meta (ya le he dicho que jamás le daré el divorcio, jajajajaja). Me gustaría que nuestra relación fuera como la de mis padres, o la de mis abuelos, que llevan 64 años juntos, toda una vida.



De momento sólo llevamos juntos casi cuatro años, pero seguimos siendo tan felices como el primer día, o quizá más. Ya ha pasado el tiempo de las mariposas en el estómago, pero la relación se ha hecho aún más fuerte y más profunda.
Así pues, lo único que me queda es darle las gracias por haberme hecho tan feliz y por seguirlo haciendo, por ser tan bueno y por tenerme tan consentida, por su paciencia, su tranquilidad, sus mimos, su sabiduría de la vida, su sentido del humor, su sinceridad y por tantas otras cosas que sigo aprendiendo de su mano. Te quiero, peque.