Este señor es Julio César. Casualmente, el día que llegamos a Roma era el 15 de marzo, fecha más conocida por su nombre de "los Idus de marzo". Ese día, en el 44 a. C., asesinaron a Julio César. Los romanos, en el aniversario, siguen llevándole flores, coronas y hojas de laurel. Qué bonito.
Estos señores eran escoceses, por si alguien no se ha percatado. El sábado hubo un partido de rugby y allí se personó media Escocia y media. Por la noche tomaron Roma y tomaron whisky en cantidades industriales y tenían montada una buena zarabanda en el Campo de´Fiori. ¿Era la invasión bárbara y no nos dimos cuenta?
Grego jura y perjura que esta "escuelita" la fundó él, esponsorizada por Don Ratzi, de ahí el nombre de "Pontificia". Hay que oírle contar la historia con acento calé ("Paaaaapa, dame unos leuros, que vi a montá una escueeeela").
Grego tuvo una ataque de piedad en la Plaza de San Pedro, y , ni corto ni perezoso, se postró de hinojos a pedir para que sus alumnos, que bailaban en Guareña, quedasen en buena posición. Como así fue. ¡Hombre de mucha fe...!
Pongámonos algo más serios. Esto es el baptisterio de San Juan de Letrán, la antigua sede papal prevaticana. Al lado hay una basílica impresionante, pero este baptisterio, de planta octogonal y de ladrillito, es la iglesia más antigua del mundo, así como su pila bautismal. ¿A que es cuco?
Y esta escultura de San Miguel Arcángel corona lo más alto del Caste Sant´Angelo. Nos salió una foto bien bonita, ¿no?

Y para concluir, he aquí, en una sala repreciosa de los museos Capitolinos, la auténtica y genuina estatua ecuestre de Marco Aurelio, que sobrevivió a cuantas fundiciones de bronce se hicieron en el medievo y que sirvió en el Renacimiento como modelo para las estatuas ecuestres de los condottieri. De todos modos, es mejor verla al natural, porque es grandísima y no le falta detalle.




