lunes, diciembre 01, 2008

Fotos de familia

El otro día, mi madre me dejó estas fotos para que las escaneara y evitar que se estropearan más. Se supone que lo que tengo que hacer ahora es llevarlas a un laboratorio fotográfico para que me revelen las fotos en un papel más nuevo, pero no he podido resistir la tentación de colgarlas aquí. Evidentemente, las fotos son de mi madre, de mi padre (asombroso y clónico parecido con mi hermano Juan), y de mi madre con mis tíos (asombroso y clónico parecido de mi tío Antonio, el más pequeño, con su hija Cristina).
La foto de mi madre era de los tiempos en que trabajaba en Córdoba y las compañeras del banco le preguntaban que si era japonesa (?) Se ve que no había muchos japoneses entonces fotografiando España. Qué típica de la época la postura con forzada torsión del cuello, jajaja, aunque mi madre dice que no se retorcía tanto, el fotógrafo sólo le pedía que mirase a un lado. Imagino que sería la forma de enfocar con la cámara la que hace ese "romántico" efecto de descoyunte cervical. La foto de mi padre también se rige por los principios de la forzada torsión que en aquellos años era le dernier cri.
En cuanto a la foto de mi madre y mis tíos, observen la disposición de "los niños con los niños, las niñas con las niñas", en lugar de mantener el orden cronológico. Mi madre, que aún no tenía trece años sobrepasa con creces al resto. Mi tío Tomás, con una trenza de juncos en la mano (debía de ser un día del Corpus) mira a la cámara con la misma fijeza que lo hace de mayor, con una mirada de "sé todos tus secretos" mezclada con una puntita de sorna que lo hace parecer mayor de lo que era (unos once años). Mi tío Antonio mira con el asombro propio de su corta edad; parece que no sabe muy bien qué hace el fotógrafo, pero se queda obedientemente posando, al igual que mi tío Bernardo, aunque parece que mientras posa está pensando en la pesadez de estarse quieto mientras enfrente, en la Plaza, se está mejor correteando.
De Angelines y Maritoni llama la atención la diferencia de estatura y de rasgos, que se ha ido limando con los años hasta el punto de pasar por mellizas hoy en día, aunque la realidad es que Maritoni es la melliza de Bernardo. Siguen teniendo las caras diferentes, pero los ajenos a la familia las confunden sin remisión. Son las dos únicas que no miran a la cámara; algo divertido les llama la atención; Angelines parece aguantarse un poco la risa, consciente de que está posando, pero su hermana ríe sin tapujos, con su risa fácil de siempre.
A pesar de los años transcurridos, cincuenta y dos, siguen conservando todos la frescura y la esencia de la foto. Hay otra de hace pocos años, pero no la tengo aquí; si la consigo, la colgaré en otra entrada para ver las semejanzas y diferencias.


1 comentario :

Ratita presssumida dijo...

Me encantan las fotos antiguas que encierran tantos recuerdos....yo también estuve ayer escaneando un montón de fotos de mis padres para hacerles copias.No sé...es como si con el paso de los años adquirieran la solera de un buen vino, por muy estropeadas que estén, para mi son un tesoro.
Un saludo.