martes, julio 17, 2007

Sigo con el post de la belleza.

Releyendo la entrada de Pepe me he acordado de que cuando me gustaba Grego, algunas personas de mi entorno se extrañaban de que me hubiera ido a fijar en él. Resulta que a esas personas sólo les gustaban los "hombres de bote", es decir aquéllos que parece que los sacan de un bote para lucirse un rato y luego los vuelven a guardar para que no se estropeen. Muchas de ellas consiguieron salir con algunos de esos hombres, y, bueno, algunas se han casado con ellos y son felices, pero otras descubrieron que sólo eran fachada y poco más, y unos coquetos incorregibles por no decir cosas peores. Sin embargo, a mí Grego me parece cada día más irresistible, no sólo por su apariencia física, sino porque tiene unos valores impresionantes y aunque no haya ido a la universidad, tiene una sabiduría que ya quisiera yo. Además tiene mucho sentido del humor, característica fundamental en un hombre (al menos para mí), y una personalidad increíble. Estoy muy, muy orgullosa de ser su mujer y cada día le encuentro más virtudes y me alegro cada día más de tener un marido como él, aunque haya quien diga que llevamos poco tiempo y que ya me cansaré. Pero creo que ya soy lo suficientemente mayor para saber que lo que tengo es lo que quiero y lo que deseo conservar. Y, desde luego, las que me recomendaban un "hombre de bote" ahora me dicen que me ven más feliz que el enano de los cuentos (y un secreto: me dicen que qué suerte tengo de que no tenga que llamar al electricista ni al fontanero ni al pintor ni a nadie que me repare los pequeños desperfectos cotidianos, jijijiji).

6 comentarios :

Evla dijo...

¡Ayyyyyyyy! Ayer fue el santo de las Cármenes. Felicidades con retraso a todas ellas, tengo una memoria que parece una olla llena de agujeros.

Anónimo dijo...

Hija mía, que gran entrada, esto nos da esperanza a los feos, o por decirlo de otra manea, a los "sin fachada". Pero tendría que haber más mujeres que pensaran como tú!

Evla dijo...

Somos como las meigas, habelas, haylas.

Anónimo dijo...

poquitas me dan a mí... además, no creo en las meigas. Habrá que rascar bien en la superficie.

Anónimo dijo...

Yo discrepo enormemente contigo mari eu, porque tambien hay hombres de bote admirables. Hombres con físicos alucinantes que han sido marginados por las mujeres precisamente por ello, hombres que tienen detras de músculo y una vida dedicada al culto al cuerpo un corazon alucinante que nadie quiso durante muchos años. Y joder, que suerte tengo con mi hombre de bote.
Tú sabes por quien va, y se que compartes mi opinion de el.
pili.

Evla dijo...

Pero, Miripí, yo me refería a esos que sacan Dolce y Gabanna más bien, seres etéreos y de belleza sobrehumana que jamás de los jamases te encontrarás por la calle.