lunes, enero 12, 2009

Reflexiones sobre la nieve

(Este sábado por la mañana en el coche, camino de Rueda).

(Foto desde el coche tomada a 120km/h con el móvil)

(Foto desde el coche, tomada a 120km/h con el móvil)
Un tejado blanco. Un campo arado lleno de nieve. A lo lejos, una larga fila de álamos desnudos y el cielo gris perla. A la derecha, las encinas aguantan estoicas la nevada. El ganado ramonea bajo la nieve debajo de un árbol. Una vaca mira hacia arriba, asombrada de las diminutas cosas blancas y frías que le caen en el hocico.
Beleña. Su pequeña iglesia se confunde entre las casas, y sus calles están tan blancas que parece que han derramado leche por ellas.
Dos grandes cuervos están posados en una valla junto a la carretera y destacan sobre la meseta castellana nevada.
Los pinares aparecen extrañamente fuera de lugar en los campos blancos.
Ahora la autovía discurre entre dos taludes llenos de nieve y no dejan ver nada. De vez en cuando, se atisban los encinares blancos, y luego, los montículos vuelven a subir dejándonos a la vista la cinta oscura del asfalto. A la entrada de Salamanca, el toro de Osborne y luego una llanura blanca. Todo es blanco, gris y negro.
(Entrada de los Pingüinos en Puente Duero)

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