lunes, julio 12, 2010

El partido de ayer


Me negué a verlo; no soy futbolera, pero sí me gusta que gane la selección, aunque pase de españolerías y patrioterismos como cantar lolololo con la música del himno, pegar botes amarrada al primero que pase, emborracharme con la excusa de que hemos ganado el mundial y vestirme de rojo (no me gusta ni el rojo ni el blanco, aunque soy colchonera de nacimiento). Es que no me gusta pronunciarme demasiado, y para esas cosas soy muy reservada y me guardo mis sentimientos y opiniones.

Pero decía que me negué a ver el partido porque me pongo nerviosa, a mi pesar; imagino que me contagio del ambiente tenso de los bares y la gente, de modo que ayer me fui con mi hermana Dixie Wonderland, que tampoco quería ver el partido, a hablar de lo divino y humano. Cenamos en una terraza las dos solitas, mientras la gente permanecía dentro del bar con el partido. De vez en cuando se oían los "uyyyyyy" de rigor, por lo que estábamos medianamente informadas de que no sucedía nada memorable.

La verdad es que el partido fue eterno hasta para nosotras. Acabamos, ya de noche, sentadas en un banquito del parque. Corría una agradable brisita, y el barrio estaba casi en absoluto silencio. Y de repente, marcó España. Se levantó un rugido bestial que venía de todos lados; empezaron a verse fuegos artificiales, bocinazos de coches, gritos de orcos...fue un poco traumático pasar de la plácida y silenciosa noche veraniega a oír el rugido de la furia española.

Subimos a su casa a tiempo de ver llorar a Casillas, y cómo recibían la copa del mundo, que era lo que queríamos. Me dieron penilla los holandeses, tan cariacontecidos, aunque fueron guarretes jugando, pero es que Holanda es un país que me cae simpático.

Al final, me fui con mi marido y mis amigos a la Plaza; pero me encontraba desubicada entre tanto jolgorio. Aguanté como pude allí, aunque hubo un momento bastante agobiante en el que me quería ir pitando, porque estaba entre todo el gentío que se empujaba, me mojaba, me tiraba la piticola, me pisaban los carritos de bebés dormidos y pintorreteados de rojo y amarillo (pobrecitos)...No me gustó ir a la Plaza; quizá es que llevo varios meses inmersa en el silencio de mi casa y ya no estoy acostumbrada a tanta bulla.
Afortunadamente, el lunes es día laborable y nos fuimos a eso de las dos de allí, me resultaba aburridísimo ya escuchar a Shakira tropocientas mil veces (¿he dicho alguna vez que odio sus gallos?), el himno y otra de Bisbal o no sé quién que empieza diciendo oeoeoeoe, muy original.
Les repito que me alegro mucho, pero que mucho, por haber ganado el mundial, que es algo histórico y que tenemos unos jugadores muy, pero que muy buenos. Pero ya está. Conmigo no van las actitudes patrioteras de cantar por Manolo Escobar y gritar yo soy españolespañolespañol, no siento la necesidad de ir pregonando por ahí mi nacionalidad. No es que me avergüence, en absoluto, pero creo que el sentimiento de patria es, al menos en mi caso, demasiado personal e íntimo.
De todos modos, envío desde aquí mi más sentida enhorabuena a los jugadores y en especial a Iniesta, que es mi debilidad, por ser tan modesto y tan gran jugador, y a Del Bosque, por ser un señor como la copa de un pino.

3 comentarios :

thot dijo...

Fue un día muy especial. Me alegro de que lo disfrutaras a tu manera. :)
Un abrazo campeona!

velvetinna dijo...

Me he reído mucho con tu entrada, quizás no buscases eso, pero es que eres única contando las cosas, cómo las ves y las sientes. Te entiendo perfectamente, yo normalmente hubiera hecho lo mismo que tú, pero ayer me mojé (moralmente) y sufrí y todo, cosa que no quería. Porque a mí en realidad todo esto me daba igual, veo desmesurada la importancia que cobra el fútbol en la sociedad, y he tenido discusiones durante este mes por todo eso. Pero al final decidí dejarme llevar un poco y tratar de disfrutar. En fin, menos mal que ha terminado. Estaría bien que la gente se moviera igual para protestar o quejarse, pero está visto que el fútbol es otra cosa...

la corona dorada dijo...

Yo si no hubiera estado de seis meses, igual si me hubiera ido a pegar saltos a la plaza, aunque ya sabes que Kiko no me dejó para que no me dieran un mal golpe. No soy muy patriotica y me importa un pepino el mundial, pero la vida está llena de lágrimas asi que hay que celebrar cosas aunque sean absurdas como meter pelotas en redes, no?