sábado, octubre 30, 2010

No puedes pasar




El Balrog llegó al puente. Gandalf aguardaba en el medio, apoyándose en la vara que tenía en la mano izquierda(...) El enemigo se detuvo de nuevo, enfrentándolo, y la sombra que lo envolvía se abrió a los lados como dos vastas alas. En seguida esgrimió el látigo y las colas crujieron y gimieron. Un fuego le salía de la nariz. Pero Gandalf no se movió.


-No puedes pasar -dijo. Los orcos permanecieron inmóviles y un silencio de muerte cayó alrededor. -(...) No puedes pasar. El fuego oscuro no te servirá de nada, llama de Udûn. ¡Vuelve a la Sombra! No puedes pasar.


-¿Por qué? - rugió el Balrog con una voz que llenó de ecos la caverna. Gandalf se apoyó en la vara y lo miró con cólera.


-¡Está fregado! -gritó.


El Balrog miró a los orcos, y éstos bajaron la mirada, incómodos.


-Está bien, muchachos -suspiró el Balrog -. Veremos el partido en el bar.
Nota: La cursiva es de Tolkien (espero que no me fulmine con un látigo de fuego desde donde esté. El resto es lo que me inspira estar un sábado dedicada al fregotego).

2 comentarios :

thot dijo...

Buenísimo. Me has arrancado una carcajada :)
Besos.

Anabel Rodríguez dijo...

Buenísimo. Todos hemos tenido nuestro momentito Gandalf... y orco por supuesto.
Besos