martes, julio 27, 2010

Nos vamos de excursión a...


    ¡PREMIO PARA VENENO HIPNÓTICO! Colócatelo en tu blog, anda.

  • No está activo. Es un volcán inactivo

  • Tiene que ver con algo de navegación. Con el Arca de Noé.

  • Es el símbolo nacional de un país del este. De Armenia.

  • Algunas fotos por satélite dan que pensar sobre lo que pasó. Mirad en Google.

  • Mide algo más de cinco kilómetros. De altura, claro.

  • Tiene que ver con el Dolor. También se le llama Monte del Dolor.

  • Se ve desde la capital. Desde la capital de Armenia y desde muchos otros puntos del país.

  • Se ve en el escudo. De Armenia. Es su símbolo.

  • Está relacionado con los animalillos de Dios. Que montaron en el arca.

  • Aunque es símbolo de ese país, territorialmente está en otro. En Turquía.
  • Puedes leer esta historia en uno de los más grandes best sellers. La Biblia.

  • Es un lugar muy cotizado para algunos arqueólogos, aunque la mayor parte de ellos se ríen de estas teorías.

  • Hay nieve arriba del todo.

  • Cher tiene algo que ver con esto. Cher es de origen armenio.

  • El país al que simboliza es cristiano (Armenia); el país donde está, no (Turquía).

  • Lo que supuestamente hay arriba era de madera. El arca de Noé.

  • Bonita vista desde las EREs que vienen y van. Ereván, la capital de Armenia; no sabía cómo ponerlo.

  • Ut-Napisti fue compañero de fatigas del protagonista que todos conocemos. O a lo mejor era el mismo. Es el Noé de la epopeya de Gilgamesh.

¡Maldita sea, ya no dejo más pistas, que cada vez es más difícil pensar en una nueva!


Cuatro meses, cuarenta años.

Otra cuarentona estupenda, gran amiga mía.



Hoy me quedan cuatro meses para cumplir cuarenta años. No sé por qué, pero es un número fatídico. Siempre me ha parecido un horror llegar a ser cuarentona (todavía no lo soy, disfruto de mis treinta y nueve años, y mucho). Pero ahora que se va acercando el momento, no lo veo tan terrible. Quizá porque no aparento la edad que tengo, gracias a la genética familiar, ni tengo canas, aunque pensé que durante las oposiciones acabaría por obtener la cabellera de la Emperatriz Infantil; ni apenas arrugas, porque tengo la piel más bien grasa. Pero eso, aunque es un pequeño orgullo, no es determinante. Lo importante es cómo se siente una por dentro, y yo sigo pensando que tengo dieciocho años; será que la mayoría de edad me marcó tanto que no evolucioné.

Bromas aparte; tener cuarenta años ahora no es lo mismo que tener cuarenta años en las generaciones anteriores. Hoy una mujer de cuarenta años es joven todavía; al menos, yo no me siento mayor. ¿Qué he conseguido, si me pongo a hacer balance? Mi horóscopo celta dice que mi árbol es el fresno, la ambición, pero qué quieren que les diga, mis ambiciones son modestitas y hace unos días que las conseguí: he sacado la plaza de profesora de secundaria, que tampoco es moco de pavo, pues he tardado quince años en conseguirla. ¿Qué más quiero tener y ser? Nada más. Quiero tener y ser lo que tengo y soy. Quiero condurar lo que tengo: mi familia, mi marido, mis amigos, mi pisito de protección oficial, mi cochecito para ir al trabajo, mis aficiones, mis libros, ¿qué más quiero? Salud y tranquilidad; para mí y para todos. El caso es que ahora que lo pienso, pido mucho.

También quiero muchas cosas accesorias, como todo quisque: ser más guapa, más delgada, más elegante, que me toque la lotería, comprarme joyas, ir a trabajar en un Porsche Cayenne, salir de copas con George Clooney, ir de vacaciones a la Costa Azul... pero puedo vivir perfectamente sin ello y sin frustrarme.

Me esperan muchas bromas y tomaduras de pelo el día de mi cumpleaños, pero son sólo eso, bromas. Qué más da. Dicen que la mejor edad son los quince años, pero yo tenía granos, estaba en plena edad del pavo, no sabía lo que quería y me sentía espantosa. Ahora me estoy reconciliando conmigo misma y lo que veo no me desagrada. Sigo siendo joven y además, soy consciente de ello y lo disfruto. Y que me quiten lo bailao.

lunes, julio 12, 2010

El partido de ayer


Me negué a verlo; no soy futbolera, pero sí me gusta que gane la selección, aunque pase de españolerías y patrioterismos como cantar lolololo con la música del himno, pegar botes amarrada al primero que pase, emborracharme con la excusa de que hemos ganado el mundial y vestirme de rojo (no me gusta ni el rojo ni el blanco, aunque soy colchonera de nacimiento). Es que no me gusta pronunciarme demasiado, y para esas cosas soy muy reservada y me guardo mis sentimientos y opiniones.

Pero decía que me negué a ver el partido porque me pongo nerviosa, a mi pesar; imagino que me contagio del ambiente tenso de los bares y la gente, de modo que ayer me fui con mi hermana Dixie Wonderland, que tampoco quería ver el partido, a hablar de lo divino y humano. Cenamos en una terraza las dos solitas, mientras la gente permanecía dentro del bar con el partido. De vez en cuando se oían los "uyyyyyy" de rigor, por lo que estábamos medianamente informadas de que no sucedía nada memorable.

La verdad es que el partido fue eterno hasta para nosotras. Acabamos, ya de noche, sentadas en un banquito del parque. Corría una agradable brisita, y el barrio estaba casi en absoluto silencio. Y de repente, marcó España. Se levantó un rugido bestial que venía de todos lados; empezaron a verse fuegos artificiales, bocinazos de coches, gritos de orcos...fue un poco traumático pasar de la plácida y silenciosa noche veraniega a oír el rugido de la furia española.

Subimos a su casa a tiempo de ver llorar a Casillas, y cómo recibían la copa del mundo, que era lo que queríamos. Me dieron penilla los holandeses, tan cariacontecidos, aunque fueron guarretes jugando, pero es que Holanda es un país que me cae simpático.

Al final, me fui con mi marido y mis amigos a la Plaza; pero me encontraba desubicada entre tanto jolgorio. Aguanté como pude allí, aunque hubo un momento bastante agobiante en el que me quería ir pitando, porque estaba entre todo el gentío que se empujaba, me mojaba, me tiraba la piticola, me pisaban los carritos de bebés dormidos y pintorreteados de rojo y amarillo (pobrecitos)...No me gustó ir a la Plaza; quizá es que llevo varios meses inmersa en el silencio de mi casa y ya no estoy acostumbrada a tanta bulla.
Afortunadamente, el lunes es día laborable y nos fuimos a eso de las dos de allí, me resultaba aburridísimo ya escuchar a Shakira tropocientas mil veces (¿he dicho alguna vez que odio sus gallos?), el himno y otra de Bisbal o no sé quién que empieza diciendo oeoeoeoe, muy original.
Les repito que me alegro mucho, pero que mucho, por haber ganado el mundial, que es algo histórico y que tenemos unos jugadores muy, pero que muy buenos. Pero ya está. Conmigo no van las actitudes patrioteras de cantar por Manolo Escobar y gritar yo soy españolespañolespañol, no siento la necesidad de ir pregonando por ahí mi nacionalidad. No es que me avergüence, en absoluto, pero creo que el sentimiento de patria es, al menos en mi caso, demasiado personal e íntimo.
De todos modos, envío desde aquí mi más sentida enhorabuena a los jugadores y en especial a Iniesta, que es mi debilidad, por ser tan modesto y tan gran jugador, y a Del Bosque, por ser un señor como la copa de un pino.

viernes, julio 09, 2010

Cocina de microondas

Ayer cociné por primera vez un platillo en el microondas; como todo el mundo, suelo usarlo para calentar cosas, pero como me compré un recipiente Ultrapro en una reunión de Tupperware, pensé que era el momento de desempolvarlo y hacer algo con las pechugas de pollo, que se me iban a echar a perder (es un decir). Me daba miedo de que el recipiente no cumpliese con lo que prometían, y por ello no lo había usado, aunque mi madre juraba y perjuraba que en el horno (también sirve para eso) no se deshacía, siempre y cuando no pasaras de 180º. Así que piqué ajos y perejilín, le eché un chorrito de aceite, otro generoso de limón, unas patatis que previamente asé en el microondas en la tapa del recipiente, que también se usa para estos menesteres, y hete aquí el resultado:

Pensé que se me iba a quedar el pollete blancuzco, pero no, usando tandas de cocción de cuatro minutos, cogió un color doradito. Huelga decir que las patatas estaban más ricas que el pollo; es lo que tienen los asados con patatas. Y, por supuesto, pienso repetirlo más veces, aunque creo que el próximo platillo será de pescado, que me gusta más que la carne.

jueves, julio 08, 2010

El libro misterioso


Pistas:


  • Hay un montón de historias dentro de la historia original.

  • El personaje protagonista es una persona culta.

  • Parte de la historia sucede en Barcelona.

  • Uno de sus personajes inspiró una canción heavy.

  • Dos personajes tienen una gran diferencia de puntos de vista, pero son muy fieles el uno al otro.

  • El autor se parece en algo a Unamuno.

  • Ha inspirado un montón de obras literarias, musicales, artísticas...

Creo que es facilito. A ver qué pensáis.