- El que lleva su farol a la espalda no echa delante más que su sombra.
- Se terminó mi día. Estoy como un barco sacado a la playa, oyendo, en mi anochecer, la danza de la marea.
- ¡Días sin nombre; os quedáis colgados a mi corazón, como musgo a un árbol viejo!
- Gritos de niños son los montes, que levantan sus brazos porque quieren estrellas.
- Noche oscura; tu belleza es para mí como la de la mujer amada cuando ha apagado la lámpara.
- Soy como un camino por la noche, que escucha, en silencio, los pasos de sus recuerdos.
- "¡He perdido mi gotita de rocío!", dice la flor al cielo del amanecer, que ha perdido todas sus estrellas.
- ¡Qué suave la mano derecha de Dios, y qué terrible la izquierda!
- Siento tu mirada, en este instante, sobre mi corazón, como el silencio con sol de la mañana sobre el segado campo solitario.
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