jueves, mayo 14, 2009

A petición de Gloss...¡Las Escolapias! (I)

Como Gloss me pidió que hablase sobre las Escolapias, le haré caso por una vez, y contaré cosillas sobre este nuestro querido cole. Eso sí, contaré las cosas desde mi punto de vista, así que habrá temas que les suenen a chino a las demás.
Entré en el cole a la edad de tres años, camino de los cuatro (a Mr. G. le quedaban unos días para nacer) y mi primera maestra fue la Madre Concepción, a la que luego vi otra vez en Córdoba, pero claro, ya no se acordaba de mí. Entonces se hacían Parvulitos pequeños y Parvulitos mayores. En los pequeños aprendimos a leer, cosa que se me dio muy bien con unas láminas de un burrito haciendo A-A-A-A y una ovejita haciendo B-B-B-B y así hasta la Z, que creo recordar que era un moscardón. En los mayores, ya aprendimos a restar llevándonos, cosa que no me entraba en la mollera, de ahí mi etiqueta de "Las matemáticas, como que no; esta niña lleva las letras en vena". Sin embargo, la señorita Esperanza era un cielo, y aún la sigo saludando.
Luego empezamos la E.G.B. con unos libros maravillosos que estaba deseando tener porque a mí me parecían "de mayores". No recuerdo la editorial, sólo sé que eran naranjas, y en la portada tenían un gran círculo con una foto o dibujo aludiendo a la asignatura en cuestión. Con la señorita Maite aprendimos las tablas de multiplicar (si alguein se asusta de que aprendiésemos esas cosas tan pronto, les recuerdo que estamos hablando de 1.974, 75, y 76), no hace diez años. La señorita Maite era guapísima, con unos ojos claros enormes, y todas las niñas queríamos ser como ella de mayores. Sigue sabiendo quién soy yo; hace pocos años, me llevó a casa en su coche desde la escuela de idiomas.
En segundo, la cosa se torció, nos tocó una monja que era un auténtico ogro, de las de la letra con sangre entra. Yo me pasé gran parte de las clases de matemáticas encerrada en el "petit",o sea, el servicio, donde había un pupitre, dando clases particulares de matemáticas con el lavabo. Ese año empezamos a dar Francés con la mundialmente conocida Carlota, la primera profesora a la que llamábamos por su nombre. Y gimnasia con la señorita Guadalupe. Tuve que ir en septiembre a examinarme de matemáticas, a la tierna edad de siete años.
En tercero mejoraron las cosas con la señorita Pepi, aunque el ogro del año anterior era quien nos preparaba para la comunión, qué cruz, señor. En cuarto, tuvimos otra profesora Pepi, la de los ojos azules, otro agradable reeencuentro en la escuela de idiomas. Era una maestra fabulosa, a pesar de su notificación de "se irrita con facilidad" que me puso una evaluación.
En quinto, Madre Consolación volvió a tirarme en matemáticas. Claro que yo en lugar de hacer divisiones por cinco cifras como Dios manda, me dedicaba a poner números al tuntún, a ver si colaba. No coló, claro, aunque aprobé en junio de milagro. Aparte de eso, aprendíamos historia en un libro llamado "España y sus hombres", en el que conocimos a Viriato, el Gran Capitán y a Cristóbal Colón. La única mujer que estudiamos fue Isabel la Católica. La madre Consolación nos metió el gusto por la poesía a fuerza de escribir en una libreta poemas que nos iba dictando; lo malo fue que tuvimos que aprendernos el Catecismo de cabo a rabo (¿Quién es Dios? Dios es nuestro Padre, que está en los cielos, creador y Señor de todas las cosas, que premia a los buenos y castiga a los malos. Todavía me acuerdo).
Y hasta aquí, la primera etapa. Como estuve desde los tres hasta los diecisiete años, hay material para tres entradas o más, así que lo hago por partes.

5 comentarios :

veneno hipnotico dijo...

más,más,más,más....escolapias...ja.ja.ja....

Evla dijo...

Habla tú también de tu vida escolapiera, anda.

Anabel Rodríguez dijo...

Bueno, bueno, bueno, ¡vaya forma de haceros gustar la poesía!¡bufff!. Me he dado cuenta de que todo depende del profesor que te toque. Hay gente que sabe mucho pero no da bien clases, y otras que dan unas clases espléndidas a los niños, los motivan, los hacen aprender. Ahora que eso de que probases los números al tuntun para las divisiones me ha parecido una genialidad.
Besos

la corona dorada dijo...

aqui el conductor que pillo a madre raya y a madre tuerta, jajajajajja, menuda fulll tiremos una bomba ya contra ese fatidico colegio!!!!!!!!!!!!!!

Evla dijo...

¡Cómo os pasáis, hermano Venancio!La pobre Josefina no tiene culpa.