Hace mucha calor, y para más inri, en la tele sólo hablan del calor de la zona mediterránea, como si esto fuera Noruega. Llevamos dos días durmiendo al amparo del aire acondicionado en el comedor, tumbados en un colchón (por las mañanas, el comedor parece un cuartel robado). Pensé que nos habíamos escapado y que este verano sería benigno. Pues no. Y no dejo de pensar en las noches de invierno, cuando mi compañera y yo íbamos en el coche, y el ordenador de a bordo nos avisaba con un pitido de que estábamos a cero grados, o a dos bajo cero...mmmmm...qué gustito, ir en el coche a 23 grados mientras fuera caía una pelona capaz de helarle las pelotas a un mono de bronce. O esa gran farra de los Pingüinos, a diez bajo cero...
No tengo ganas de hacer nada, y la tensión se me ha caído en el núcleo terrestre (ahí, calentita). ¿Dónde están las mañanitas de niebla? Me da la impresión de que pertenecen a otro planeta donde estuve de visita tiempo ha. Ahora me levanto a las ocho de la mañana y hace calor.
Estoy sentada en el ordenador, en el despacho, con el ventisquero puesto, y sudo como Pedro Botero en plena faena de comprobar si la carne ya está hecha. Sé que mi pobre maridín anda en la rampa a 60º y que al menos yo estoy a la sombra, pero me quejo por todos y cada uno de los que aguantamos esta canícula inmisericorde.
4 comentarios :
¡no te quejes, wapa! que tu estas de vacances.....
Mi tensión y la tuya se están tomando unas cañas en el centro de la tierra. Besitos
...y que gustito da también ver esa linda imagen que has colgado, fresquita mientras tomamos rayos Uva en el ordenador... :)
Me quejo por todos y cada uno de los que aguantamos esta canícula inmisericorde
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