miércoles, septiembre 27, 2006

Para compartir.

Me gustaría compartir con todos los que entran a mi blog una de las poesías del libro que Cronos me ha regalado y que Antonio Pacheco me dedicó. Evidentemente, el libro es suyo, se titula " Madrugada de los Ferrocarriles" y es una pequeña joya. Sus poemas están hechos como a mí me gustan, como chocolate para dejarlo deshacer lentamente en la boca. Son pequeños como bombones, y se paladean con los ojos y el pensamiento hasta captar su verdadera esencia. Como muestra, éste, me gusta especialmente, porque yo he vivido siempre al lado del Guadiana:

HEMOS vuelto al cauce
diseñado por la sombra
de los eucaliptos;
a la humedad de los juncos
y las libélulas.
A editar en el recuerdo
otros nombres
a orillas del Guadiana.
Otra historia
seducida
en el perfume de las rosas.
(Antonio Pacheco)

3 comentarios :

Anónimo dijo...

Me encanta el libro, cuanto más lo leo, más siento que toca algo muy mío, aunque no sé exactamente qué es.

Eduardo Sánchez García dijo...

Más de una vez he jugado a orillas del guadiana, ( en Merida... en la Isla...)y este poema me ha tocado algo que me ha hecho estremecerme desde dentro .
Gracias por publicarlo.

Evla dijo...

¿Te ha gustado? Yo he vivido durante 33 años en la Zona Sur de Mérida, al lado del río, y he jugado y me he bañado mil veces en la Isla. Desde el colegio de las Escolapias lo veía a diario. Por eso elegí el poema, el Guadiana es muy especial para mí. Cuando estudiaba en Cáceres, me encantó la ciudad, pero sólo le encontré una falla: no tenía río. Echaba de menos el Guadiana.